8 M: el contumaz negacionismo del PP

 

A la derecha le sigue costando entender que hay un problema de violencia de género

Según denunció Carmen Rodríguez García, fulminada directora de Igualdad de la Comunidad de Madrid que todavía preside la aclamada Ayuso, en 2018, 2019 y 2020 no pudo gastar 30 millones de euros que le correspondían del Pacto de Estado contra la violencia de género, porque la Comunidad nunca derivó a la Dirección General de Igualdad la transferencia que el Gobierno central sí realizó a la Consejería de Hacienda. Y no se reenvió, a pesar de contar con un presupuesto irrisorio, por pura y dura ideología negacionista.
En el PP, si cierran los ojos para no ver, los problemas dejan de existir. Pero, siendo justo y necesario socorrer a las víctimas con prevención, formación, atención y ayudas, no tiene sentido… a menos que pretenda ningunear la violencia de género a costa del dolor de los vulnerables.

¿Qué PP debemos esperar?

 

El PP deber elegir si seguir con los antiguos hábitos o cambiar

El Partido Popular –muy de derechas, y no “centroderecha” como dicen para captar incautos–, por ser incapaz de regenerarse se halla en una encrucijada. Hemos visto la conducta de siempre: no denunciar la corrupción conocida, espiar, dimitir en diferido y soslayar comportamientos aparentemente poco éticos. Ahora, aun manteniendo una ideología de derechas, tiene la oportunidad de apartarse de su origen con siete ministros franquistas y refundarse emulando el comportamiento de la CDU alemana, auténtico partido de Estado que hace política juiciosa para la gente.
Los candidatos a dirigirlo deberán aclarar qué rumbo tomarán: si contra la corrupción o con ella; si a favor de lo público o por la privatización; si se arrastrarán tras Vox o no; y si se transmutarán en responsable oposición de Estado o continuarán su populismo camorrista.
Y conviene recordar que Feijóo es un gran camaleón. Detrás de la imagen de moderación que vende, su Xunta ha recortado sanidad, educación y privatizado servicios.

Refugiados de guerra

 

El sufrimiento de la guerra está ahí; el sufrimiento de los refugiados es evitable

Teniendo en cuenta la guerra imperialista que azota Europa, y de acuerdo con el Estatuto del Refugiado que los Estados de la Unión Europea reconocen, tenemos la obligación moral y estatutaria de garantizar los derechos de los seres humanos que han salido de Ucrania huyendo del horror.
Me duelen las guerras, y como ciudadano de la UE no quiero que se añada a su terrible sufrimiento el polvo, el barro, la suciedad, el frío, el calor ni la escasez de alimentos, medicinas, agua o ropa; ni quiero que mi corazón sume más dolor con denigrantes imágenes de campos de acogida que más bien parecen campos de desesperanza donde se hacinan familias de forma indigna carentes del más mínimo confort. Eso es evitable.
Como desde hace meses era patente el ardor guerrero, quiero que la UE nos detalle qué plan ha dispuesto para hacer frente a esta catástrofe humana que, supongo, ha tenido tiempo de organizar.

Casado: Genio y figura…

 

Pablo Casado ha sido apuñalado por los suyos. Los métodos mafiosos siguen ahí

No está bien hacer leña del árbol caído, pero tampoco aupar a los altares a quien no se lo merece. Hablo del Casado político, su dimensión humana la desconozco. Ahora que lo echan en diferido, ¿convertimos a Casado en un cordero? No podemos encumbrarlo por un discurso de despedida, que es un engaño más, plagado de mentiras y estereotipos, en el que hasta los aplausos de su bancada eran impostados.
Oír hablar de respeto a las instituciones a quien las ha bloqueado por conveniencia, es de chiste. Oír hablar de interés general e igualdad a quien pretendía gobernar para los acaudalados y se mofó del feminismo, es de traca. Oír hablar de consideración con el adversario a quien ha echado por su boca sapos y culebras para denostar a su rival crispando la convivencia política, es, cuando menos, cínico. Y ver a su grupo parlamentario ponerse en pie a aplaudirlo, mientras le clavaban puñales en la espalda, es de una crueldad demoledora.
Casado, atrincherado en su falso alegato final, se hace genio y figura.

Los concentrados de Génova 13

 

Los antisistema trumpistas se arremolinaron frente a Génova, 13

Una concentración que destilaba irritación, rencor y profería gritos de odio al más puro estilo Trump –improperios a la prensa incluidos–, se plantó este domingo ante la sede nacional del PP para exigir inmediatamente las cabezas de Casado y Egea, sin aguardar a lo que decidan los órganos competentes del Partido Popular. Allí, estos antisistema mostraron su apoyo sin fisuras a Ayuso sin importarles que existan dudas más que razonables sobre la legalidad y –en cualquier caso– la absoluta falta de ética, en la relación comercial entre la Comunidad que ella dirige y su hermano. Ayuso ha reconocido el pago a su hermano y afirma ser honrada. A sus seguidores, les basta.
Si lo que contemplamos el domingo es la muestra estadística del votante medio de Ayuso, debemos preocuparnos.

Más circo para ocultar la verdad

 

Pablo Casado se ha convertido en el payado del circo político

El informe de los letrados del Congreso, con dosier de los servicios informáticos, es rotundo: no hubo error técnico, sino humano; pero el Partido Popular, a la zaga de Vox en su ansiedad por tomar el poder, continúa su huida a ninguna parte sembrando recelos por doquier y extendiendo desconfianza sobre la limpieza del sistema democrático. Sostiene que el informe no cambia nada, que no dice nada nuevo. En fin, el PP, enrocado en su búnker, como siempre.
En cualquier caso, la cuchufleta del error humano es lo de menos. La verdadera gravedad del inmenso estruendo que avivan, es la ocultación de dos asuntos espinosos: que la derecha extrema y la extrema derecha no apoyaron una reforma que mejora las condiciones de vida de la ciudadanía y que la algarabía oculta un caso de compra de votos, maquinado con alevosía, para desamparar a los trabajadores con tal de asestar un golpe al Gobierno.
Pero no hay que distraerse con el circo de la derecha. Aún queda mucho PP en la legislación laboral.

El PP estalla por el hermano de Ayuso

 

El PP está en llamas. Vox va a por ellos

No fue la corrupción, sino el choque de dos egos desmedidos, lo que ha hecho saltar por los aires al PP. Solo puede quedar uno… o ninguno si Vox los fagocita.
Desde septiembre, en Génova inmersa en guerra interna, sospechaban de Ayuso. En lugar de ponerlo en conocimiento de la Justicia, volvieron a tirar de manual interno en B –como cuando Rajoy ordenó cortar con las empresas de la Gürtel en lugar de denunciarlo–, y trataron de espiarla con dinero público para usarlo en sus navajazos. Siguen actuando como la mafia. No puede evitarlo.
Pero lo grave y destacable en esta enorme confusión es que, durante el confinamiento, con la población angustiada y la sanidad al borde del colapso, algunos, entre ellos el hermano de Ayuso que cobró a dedo 286.000 euros de un contrato de millón y medio por la compra de 250.000 mascarillas, se forraban con dinero público.
Esto sí que merece una investigación a fondo y titulares en la prensa.