Pablo Casado comenzará a tener contestación interna |
En un momento muy concreto, cuando la mayoría de encuestas otorgaban al Partido Popular una apabullante victoria, el ansia de un desnortado Pablo Casado, jaleado por un Egea que le vendió la moto del cuento de la lechera y de paso ocultar asuntos turbios, le hizo cometer un bisoño error de cálculo para tratar de apuntalar su liderazgo frente a su temida Ayuso. Casado, cual pardillo, desdeñó que toda convocatoria a las urnas engrasa al tiempo la ruleta del casino electoral y forzó a Mañueco, en el momento álgido de la pandemia a esparcir vileza e infundios a su socio Ciudadanos para poner en marcha la maquinaria.
Muy lejos de la solidez que buscaba, nada justifica la jugada personal interesada y oportunista de Casado para sujetar a Ayuso, que deja al PP a los pies de un crecido Vox que ya le exige entrar en el Gobierno para prestarle su apoyo.
¿Se atreverá a abrir el Gobierno regional a la ultraderecha añorante del franquismo? ¿Gobernará más cómodo con Vox que con Ciudadanos?