Miquel Roca, simplemente, levita |
Cuando aguardamos ansiosos la resolución de un asunto complicado, solemos hacer un cálculo de probabilidades entre las peores y las mejores opciones. Los humanos, a pesar de todo, y aunque en nuestro fuero interno aceptemos tenerlo muy crudo, casi nunca perdemos la esperanza. Y, si finalmente la resolución es mucho mejor que lo que habíamos estimado en nuestra optimista horquilla de probabilidades, una desbordante y embriagadora alegría nos pondrá tan eufóricos que nos parecerá flotar sobre el suelo.
Así debió sentirse Miquel Roca, uno de los padres de nuestra Constitución, al conocer la absolución de su defendida, la infanta Cristina. “Estoy levitando” fue su alborozada respuesta a una periodista que le preguntó al respecto.
Miquel Roca, político experto y abogado bregado en cientos de casos, cometió un lapsus linguae fruto de la euforia del momento, mostrando sus verdaderos sentimientos sin ocultar su inmensa satisfacción personal. La pregunta es: ¿levitó porque la sentencia era la esperada o porque lo esperado quedó en nada?
Juzguen ustedes mismos.
Así debió sentirse Miquel Roca, uno de los padres de nuestra Constitución, al conocer la absolución de su defendida, la infanta Cristina. “Estoy levitando” fue su alborozada respuesta a una periodista que le preguntó al respecto.
Miquel Roca, político experto y abogado bregado en cientos de casos, cometió un lapsus linguae fruto de la euforia del momento, mostrando sus verdaderos sentimientos sin ocultar su inmensa satisfacción personal. La pregunta es: ¿levitó porque la sentencia era la esperada o porque lo esperado quedó en nada?
Juzguen ustedes mismos.